Pasión y paisaje (1974-2006)
Más que una decisión consciente, la elección del título Pasión y paisaje, como suma y compendio de mi creación poética, ha sido consecuencia de un imperativo temporal, pues el tiempo se ha convertido en el mejor lector de estos versos y en el verdadero artífice de su escritura y ordenación.
Los dos sustantivos, fonéticamente tan cercanos, pero contrapuestos por esa conjunción que los aproxima y enfrenta en sus múltiples significados, responden a dos posturas ante la vida que tienen a su vez su reflejo en la literatura. De una parte la pasión: el padecimiento, la alteración o perturbación del ánimo, la conmoción, los movimientos del deseo, las fuerzas instintivas, la irracionalidad, las obsesiones violentas, las ansias de infinito, la desmesura; de otra, el paisaje: la serenidad, la claridad, la tendencia a la armonía, la distancia, el dibujo, la aceptación de los límites, la medida. Dos ejes sobre los que gravita una existencia que reclama tanto la luz como las sombras para dar expresión a ella misma. Dos polos que se oponen y se atraen al mismo tiempo, que se necesitan el uno al otro para que la discordia creadora halle su realización.
Pasión y paisaje se sustenta en los dos principios que mueven el mundo: lo dionisíaco y lo apolíneo; como también en esos otros dos pilares, alfa y omega de toda existencia: eros y tánatos, bajo múltiples disfraces de imágenes y metáforas, de ritmos y cadencias.
Jacobo Cortines